"Cuesta un enorme trabajo caer en la cuenta de que los genes, lo hereditario, no son realidades absolutas sino pautas de organizar lo que se encuentra fuera; proteínas, vitaminas, personas tutelares, paisaje, tradición, sociedad…" [..]" Por eso el prójimo, no es que “participe” en mi constitución sino que sin él, yo no me constituiría" […] " El ser vivo se constituye por relación transaccional incesante y complejísima, en la cual los primeros encuentro son decisivos" […]
La urdimbre consta de 9 funciones:
1.- Amparadora: tutela, cuidados básicos, alimentación…
2.- Liberadora: Permite los primeros intentos de independencia. El desequilibrio entre esta función liberadora y la anterior, tutelar, es lo que se conoce como "madre sobre protectora" que crea terreno para enfermedades como el asma.
3.- Ordenadora: El mundo ha de ser ordenado y estructurado. No cuadriculado o rígido, si no ordenado. Hay que establecer normas y márgenes flexibles que le ayuden a orientarse hacia fuera y hacia dentro.
4.- Vinculadora: Hay que prestar también atención a la transmisión de pautas de comportamiento, ordenación de la realidad, preferencias… que se dan a los hijos procedentes de generaciones anteriores. De cómo nuestros padres nos educaron a nosotros, de abuelos, tatarabuelos y en último término del trasfondo social y étnico. No vamos a profundizar sobre la importancia de las tradiciones familiares, tan solo alertar de que no son más que esto, tradiciones, y no siempre tienen que estar en consonancia con el nuevo ser que se está formando. Es importante prestar atención a esto y observarlo de forma objetiva. Por lo demás una buena tradición familiar puede tener efectos muy positivos en todos los miembros del grupo.
5.- Mediadora de la realidad: Apertura al mundo a través y por mediación de la atmósfera familiar. "atmósfera o envoltura de la que poco a poco comienzan a desprenderse los objetos o cosas de universo en torno".
6.- Confianza básica: Esperanza fundamental o sustrato biológico de la esperanza. El niño adquiere o no la seguridad de que sus necesidades básicas serán satisfechas. Así el mundo se convierte en algo en lo que se puede confiar o bien un caos sin sentido del que alguien es responsable. El responsable es la propia víctima. Surge una culpa previa al Edipo. "Si no me aman es porque no soy digno de ser amado, soy despreciable"
7.- Función de horizonte: Las categorías de cercanía, lejanía, el anhelo de libertad y reclusión.
8.- Función Integradora de aspectos buenos y malos de la existencia: Mediante el ensayo constante de la propia agresividad. Aquí advertiremos: La energía agresiva de los niños no es mala, no es algo que halla que corregir, lo que es necesario es canalizarla de modo correcto.
9.- Unidad Psicofísica. Es importante la unidad física y psíquica desde los comienzos de la vida. El recién nacido vive en una unidad biopsíquica total y poco a poco debe ir desligándose que no desvinculándose de tal unidad. El desarrollo del niño y de la familia en su conjunto debe ser un proceso gradual.
Resumiendo, parece imprescindible para el buen funcionamiento y desarrollo del niño tener en buen estado esta Urdimbre afectiva para poder desarrollarse hacia dentro y hacia fuera de manera positiva.
La confianza básica, o este sentimiento de invulnerabilidad del que hablábamos en el primer artículo, resulta básica para sentirnos seguros y así poder formarnos como personas, ante nosotros mismos y ante la sociedad. Por supuesto, esto no quiere decir que un buen clima y educación familiar sea una garantía de que nuestra familia esté sana y feliz, pero sí constituye una buena base sobre la que asentar posibles desajustes y sin duda facilita que todos los miembros del grupo vivan (¡que no sobrevivan!) de forma más acorde a lo que todos soñamos, una vida FELIZ.
Olalla Guimarey
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